11 jul 2008

FORO DE LA MILITANCIA: PITÁGORAS Y LA POLÍTICA

(una nueva reflexión)

El Diputado Claudio Lozano, en una declaración a T.N. (dime quien te difunde…) habló de la inexorabilidad matemática (aritmética, en este caso) y seguidamente hizo notar lo exiguo –para él– del número de votos obtenido por el oficialismo (129), contra el obtenido por 'la oposición' (122). Claro está que, si bien no sé exactamente en qué grado, el Diputado es –dicen– economista; no voy a plantear yo, simple (y a duras penas) Perito Mercantil, discusión en territorios de disciplinas en las que me confieso lego. De todas maneras sé que el pensamiento matemático está ligado al de la abstracción. Dos más dos: son cuatro, y no importa si hablamos de votos, calzoncillos o arcabuces; lo que no se puede es sumar los votos, más los calzoncillos, más los arcabuces sin hallarles un 'común denominador', el que puede obtenerse calculando el mínimo común múltiplo, si es que lo hubiese. Como en las fracciones, por ejemplo.

Para ejemplificar aún mejor, podríamos decir que si uno suma cincuenta pollitos, más quince zorritos, más dos niñitos, el resultado podría ser: 'sesenta y siete criaturitas de Dios'. Claro está que, al cabo de algún tiempo, los zorros habrían de comerse a los pollos, y los dos niñitos (ya adultos) podrían pensar en pasarse al cuarto a los zorros, dado que sus pieles suelen ser muy preciadas. La cuenta, en lugar de sesenta y siete, daría: dos. Es más: dos turros (eso sí, con plata).

A fin de volver al tema del sábado 5 de julio y el resultado de la votación en la Cámara Baja del Congreso de la Nación, yo podría decir que hubo ciento veintinueve legisladores que votaron en consecuencia con un discurso, y ciento veintidós que se 'rejuntaron' en lo que mi madre llamaba 'una bolsa de gatos'.

Para De Ángeli, tipo que no tiene otra razón que su interés personal y sostiene que quien no razona como él no sabe o es sospechoso, el motor de los ciento veintinueve es 'la obsecuencia'. Para este 'gringo chacarero' de (según él y sus apologéticos) escasa ilustración pero sabiduría criolla, no hay otro motor en el hombre que el 'interés económico'. Aquí coincide con el Peirce, el padre del Pragmatismo. No existe, para él: 'lealtad', 'encuadramiento', 'conciencia' o 'convicción'.

Dentro de los ciento veintidós (entre los que se incluyó el Diputado Lozano, con asertos pitagóricos), se encolumnaron los que le faltaron el respeto a la compañera Victoria Donda, los que compartieron gabinetes con Cavallo, López Murphy y Rodríguez Giavarini (defensores a ultranza del ALCA), con Pinedo y otros diputados de los que no se podría esperar otra cosa ya que nunca disimularon su veneración por la Propiedad Privada y el Libre Comercio. Con Fernando Iglesias –capítulo aparte– que dijo 'venir del marxismo' (¿) para asegurar que (sic): no es necesario sacarle a 'los de arriba' para ayudar a 'los de abajo'; supongo que debe haber leído algo firmado por Groucho, Gummo, Chico, Harpo y Zeppo, porque todo el pensamiento de Carlos (Marx) se sostiene en el concepto de 'plusvalía' y 'lucha de clases'.

¿Qué hace incluyéndose en esa mezcolanza, un tipo que se pasó la vida hablando de re–distribución de la riqueza? ¿Qué hace un tipo que dice representar los sueños del compañero Germán Abdala, al lado de aquel que lo traicionó por un puesto en el gobierno de Menem? ¿Qué hace quien se identifica como defensor de la 'democracia sindical' votando al lado de una ex–Ministrra de Trabajo, que a punto de ser echada, firmó, entre gallos y medianoche, decenas de aprobaciones de 'personerías gremiales' a sindicatos que de 'demócratas' tenían poco y nada y que se utilizaron para crear Obras Sociales truchas?

Porque sí con el aporte de esa runfla (entre otros) sumaron ciento veintidós, la pregunta que surge obligada (como en el caso de los pollitos, los zorritos y los niños) es: ¿ciento veintidós, qué?

Tuve el honor, en 2005, de dirigir el documental titulado 'Maten a Perón'; en él que se relata lo acontecido el 16 de junio de 1955. Allí, también, una mezcla muy parecida a esta aplaudió el bombardeo a la Plaza de Mayo. Podría hablar de situaciones similares antes y después de ese acto terrorista, pero quiero detenerme en las palabras de uno de los testigos presenciales, el Dr. César García, quien –por entonces médico recién recibido– prestaba servicios en el Hospital Cosme Argerich; él dijo: 'ese día comprendimos que en la lucha política, la vida humana no valía nada'.

Reflexioné mucho, a partir de oírlo a Lozano, sobre aquellas palabras, porque pienso que la vida humana –entre otras cosas– también se nutre de la vergüenza, la ética, el buen gusto y de la capacidad de reconocer (como dice Don Carlos Di Fulvio) 'esa pequeña diferencia que hay entre el bien y el mal'.

Quizá haya motivos para pensar como Lozano: compromisos (con la Social–Democracia europea, como dicen algunos), necesidades personales... ¡Vaya uno a saber! Quizá Lozano, bastante lejos del ideario de aquel Dr. Stockmann (el protagonista de 'Un Enemigo del Pueblo', de H. Ibsen), piense que (para su carrera futura) salir segundo, y cerquita, de los Kirchner… no está tan mal. Viene a ser como salir a cuatro cuerpos de Yatasto… Y, como curiosa inversión del lugar común, crea que 'es mejor estar mal acompañado que solo'. En fin…

Quizá al Diputado le vendría bien releer el '18 de Brumario de Luis Bonaparte', allí, en una apostilla a la primera edición se destaca un pensamiento de Marx (Carlos) dice así: 'todas las revoluciones en lugar de destruir la máquina burguesa, la han perfeccionado', son actitudes como la de Lozano las que hacen que muchos –a despecho del materialismo dialéctico– otorguen a Marx (insisto: Carlos) condiciones proféticas.

Yo… ¡Dios sea loado! nunca me he visto obligado a pensar en términos de 'negocios políticos' (quizá, en este caso, el único 'denominador común' posible); pero matemáticas: la aprobé.

Fernando Musante

Gentileza: Compañero Esteban Mestre

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