
El asesinato del profesor Carlos Alberto Fuentealba ocurrió hace un año en la provincia de Neuquén gobernada por Jorge Sobisch.
Esta muerte no fue producto de la casualidad, ni fue un accidente, sino que guarda relación con nuestra historia reciente.
El golpe de Estado de 1976 en Argentina logró imponer determinados intereses a sangre y fuego, intereses que fueron retomados y profundizados durante la década de los años noventa.
¿Cuáles fueron estos intereses? Fundamentalmente un proyecto de sociedad que excluía a más de la mitad de los argentinos en un esquema en el que se destinaba el 80% del producto bruto interno para las grandes empresas y el 20% para los trabajadores, las pequeñas empresas, y los pequeños productores.
En este modelo neoliberal, la educación pública fue desbastada y reducida al mínimo indispensable, los salarios docentes se encontraban en niveles mínimos, mientras que la desocupación crecía. Sin embargo, en cada ciudad, en cada pueblo, en cada escuela del país los docentes, los trabajadores de la educación, los estudiantes, defendieron la educación pública y el derecho a la educación.
Hace un año atrás los docentes de Neuquén se organizaron para reclamar una mayor participación en la distribución de la riqueza, con el fin de repartir con justicia la riqueza que producimos como pueblo.
Frente al justo reclamo, las fuerzas de la reacción, sostenedoras del proyecto financiero neoliberal, fuerzas que no ceden y que pretenden profundizar el proceso de concentración económica en base a una injusta distribución del ingreso, se opusieron. El entonces gobernador neuquino, Jorge Sobisch, y las empresas petroleras transnacionales que lo sostenían, son parte de la fuerza Neoliberal que durante años nos sometió a la miseria, siendo capaces de cometer cualquier atrocidad cuando sus negocios se ven afectados.
Frente al paro docente, instalaron un clima de violencia, de terror, un intento de volver al pasado.
Hoy estamos transitando nuevos caminos. Debemos unirnos, participar, movilizar y organizarnos para enfrentar a los intereses de los grupos económicos financieros transnacionales y sus oligarquías locales.
Como pueblo debemos construir la unidad, repudiando todo intento represivo, reclamando justicia social, con la inteligencia y la valentía que caracterizan a los pueblos que buscan ser libres. Ante cada provocación responder con unidad y organización de los trabajadores, de los pequeños empresarios, de los pequeños productores, como también de los estudiantes.
Como muchos explican, las tizas no se manchan con sangre, porque con ellas debemos escribir día a día el proyecto nacional, popular, latinoamericano, centrado en la distribución de la riqueza.
A un año del asesinato de Carlos Fuentealba, no olvidamos.
Contra el proyecto neoliberal del Imperialismo y las Oligarquías.
Por un proyecto nacional, popular y latinoamericano.
MILES
Movimiento Independiente Latinoamericanista Estudiantil
UTOPIA (Humanidades) - UTOPIA (Psicología) - CopLa (Periodismo) - Martí (Bellas Artes) - EdI (Ingeniería)
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